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domingo, 5 de mayo de 2013



Entrevista con el investigador y activista ecologista Florent Marcellesi en la que propone fórmulas novedosas para encarar la crisis desde otra óptica. Abundar en el decrecimiento, no sólo como opción económica, política y social, si no por la urgencia de frenar la depredación de los recursos naturales del planeta. Entrevista realizada en Córdoba, con ocasión de una conferencia que impartió en el IESA, Instituto de Estudios Sociales Avanzados de Andalucía.

Florente Marcellesi. Hacia el decrecimiento



La Sociedad del Espectaculo
Esta película de Guy E. Debord, se basa en su libro de 1967 del mismo título, en las que se transmiten las ideas sobre el capitalismo de consumo, del modo de producción y los efectos sobre la vida cotidiana. La estructura de la película en sí es una serie de imágenes de películas de Hollywood, películas de países socialistas, a los experimentos película soft-porn básicos, o archivo de acontecimientos históricos (por ejemplo, la revuelta mayo del 68 en Francia) y representaciones de la vida diaria. Debord y los situacionistas utilizan la música para transmitir el sentimiento de esperanza y el espíritu de la negación (la negación del capitalismo y la creación de una nuevo 'totalidad' de 'situaciones'). Debord durante esta película pone de manifiesto la influencia de la 'Internacional Situationita' en la agitación de mayo del 68 (la mayor huelga general en la historia).Henri Lefebvre critico a Debord sobre este punto, su opinión, de que los situacionistas exageran enormemente su influencia sobre los acontecimientos. Es, a fin de cuentas, un documental, radical en la forma y el contenido (el estilo y las ideas, aunque esta dicotomía es falsa llegado grado), es bastante interesante sólo para los desinteresados, siendo un documento hostil y Revolucionario Anti-capitalista.

La sociedad del espectáculo





Dentro del capitalismo occidental predominan las teorías que predican el crecimiento económico, esto es, el aumento continuado de la producción y el consumo. Existe, sin embargo, otra corriente de pensamiento que rompe con esta tendencia y aboga por la disminución controlada de la producción económica: hablamos del decrecimiento.

El decrecimiento parte de la base de que es insostenible el incremento irrefrenable de la actividad económica en un planeta con recursos finitos, y pretende ser una alternativa viable para alcanzar una prosperidad más estable, igualitaria y duradera.

En el programa de hoy, analizaremos cuánto tiene este movimiento de utópico y cuáles de sus planteamientos pueden ser llevados a la práctica. Bienvenidos a El Color del Dinero.


El color del dinero. decrecimiento



La maternidad no sólo fue el sustrato emocional del apego y de la formación del núcleo humano, sino el estímulo para el despliegue de la artesanía y de la cultura en todas sus formas. Un despliegue directa e inmediatamente destinado a procurar el bienestar de los miembros del grupo, y no para acumular propiedad, éxito, títulos que aproximen al arquetipo del triunfador, o cualquier forma de Poder. Las técnicas y las artesanías de las primeras civilizaciones humanas estaban al servicio del bienestar de la vida cotidiana.

Podemos por ello considerar que la líbido femenino-materna es el talón de Aquiles del sistema, la grieta más amenazante, el monstruo más temible a lo largo de los siglos, que por ello ha sido objeto de satanización en todas las culturas patriarcales.

Y lo que el arte llamado pre-histórico ensalza y representa simbólicamente con las figuras de mujer, no es otra cosa que esa pasión, ese deseo femenino-materno que fue el origen de la cultura y de la sociedad humana, y que luego fue objeto de la represión más inexorable por parte del Poder patriarcal.

La humanidad es una especie neoténica, es decir, una especie cuyas criaturas nacen antes de que su formación llegue a término; y salen del útero materno sin tener el esqueleto óseo, el sistema digestivo e inmunológico, así como los sentidos, preparados para la vida autónoma en el exterior. Esto aumenta la importancia del periodo exterior de simbiosis, cuya primera etapa no se puede llamar propiamente ‘crianza’ sino extero-gestación.

Por ejemplo, la succión de los calostros maternos, que contienen dosis altísimas de inmunoglubilinas, asi como la primera leche materna, con el fín de asegurar las defensas de la criatura al salir a un medio bacteriano exterior, para el que su sistema inmunológico no ha generado todavía anticuerpos adecuados (mientras que estaba en el útero materno los recibía de la madre).Tanto fisiológica como psíquicamente, la criatura recién nacida requiere del regazo materno (y su ausencia es percibida psicosomáticamente como una amenaza de muerte); y si no se perturba el nacimiento, el bebé busca el pezón y se pone a succionar, con la misma sabiduría que las tortuguitas que salen de los huevos enterrados en la arena de las playas, se van corriendo al mar, sin que nadie se lo indique. Por sabiduría filogenética, por el continuum, el acoplamiento de la simbiosis externa se produce sin problemas, gracias al estado sexual de ambos simbiontes, y siempre y cuando no se produzcan interferencias graves o prolongadas.

El nacimiento neoténico propició el asentamiento y el desarrollo de las primeras artesanías entorno al fuego, frente al nomadismo; y perfeccionó la organización de ayuda mutua, la urdimbre y la trama de un tejido social que se hizo firme y resistente.

El apego de las hembras de cualquier mamífero que se produce para el cuidado y la conservación de la vida de su especie, tiene que estar a la altura de las necesidades. Cuanto mayor indefensión y peligro, mayor estímulo sexual, mas capacidad creadora, mayor agilidad intelectual y neuromuscular tiene que tener la hembra mamífera para conservar su prole. Al igual que las canguros tienen bolsas para llevar a sus crías, o los monos manos contráctiles para agarrarse a las madres que saltan de rama en rama, en los humanos se produce un intenso deseo y pasión, que de golpe convierte el cuidado de la vida de las criaturas en una prioridad absoluta, por encima de cualquiera de las demás actividades; un deseo y pasión que estimulan y despliegan todas las capacidades humanas al servicio de su conservación y bienestar.

Se llama ‘ginecogrupo’ a los primeros núcleos humanos, para indicar su formación en torno a las madres con sus proles; también se emplea el término de ‘matrifocal’ para calificar los grupos humanos pre-patriarcales. Dicho de otro modo, el núcleo humano no se formaba, como ahora, a partir de la pareja heterosexual, porque dicha pareja no era estable ni producía estabilidad. El apareamiento era un acto sexual puntual. Por eso no se han encontrado figuras ni dibujos del Paleolítico o del Neolótico que representen escenas de apareamiento o de parejas de hombres y mujeres, y en cambio tenemos la proliferación mencionada de figuras de mujer, gestando, pariendo y amamantando.

Casilda Rodrigañez. Cualidades humanas fundamentales

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